Creo que estoy soñando, pero no… he escrito mi segundo libro.
Hace pocos años descubrí que narrar es un placer, y no me lo quiero perder.
Estas son historias que pueden haber sucedido, o no. Los personajes pueden haber existido, o no. A veces son pura imaginación. Da igual. Para la lectora y el lector, son historias que pueden despertar recuerdos, deseos o emociones, y que pueden provocarles alegría, tristeza o asombro.
Escribo cuentos cortos porque me gusta lo breve, pero quiero destacar que muchas de estas historias fueron escritas en solo una hora, bajo alguna consigna planteada en el taller de escritura: un espacio en el que todo brota mágicamente. Claro está que después requieren lectura, revisión y corrección, pero lo mágico es cómo surge la idea.
Cierro los ojos, y una imagen aparece. No siempre lo hace rápidamente, a veces hay que esperarla. Y esa imagen viene, casi siempre, de un recuerdo, de algo que viví o algo que vi, que pudo haber sido cercano a mí, o no.
Lo interesante es cómo, a partir de esa imagen, se puede escribir una historia como en el caso de estos cuentos. De todo hay en ellos, los temas son diversos.
Y lo bueno es que puede haber muchos más.
Hoy siento que he encontrado un motivo más para saborear la vida y quiero compartirlo.
Hoy les presento A puro cuento.
Creo que estoy soñando, pero no… he escrito mi segundo libro.
Hace pocos años descubrí que narrar es un placer, y no me lo quiero perder.
Estas son historias que pueden haber sucedido, o no. Los personajes pueden haber existido, o no. A veces son pura imaginación. Da igual. Para la lectora y el lector, son historias que pueden despertar recuerdos, deseos o emociones, y que pueden provocarles alegría, tristeza o asombro.
Escribo cuentos cortos porque me gusta lo breve, pero quiero destacar que muchas de estas historias fueron escritas en solo una hora, bajo alguna consigna planteada en el taller de escritura: un espacio en el que todo brota mágicamente. Claro está que después requieren lectura, revisión y corrección, pero lo mágico es cómo surge la idea.
Cierro los ojos, y una imagen aparece. No siempre lo hace rápidamente, a veces hay que esperarla. Y esa imagen viene, casi siempre, de un recuerdo, de algo que viví o algo que vi, que pudo haber sido cercano a mí, o no.
Lo interesante es cómo, a partir de esa imagen, se puede escribir una historia como en el caso de estos cuentos. De todo hay en ellos, los temas son diversos.
Y lo bueno es que puede haber muchos más.
Hoy siento que he encontrado un motivo más para saborear la vida y quiero compartirlo.
Hoy les presento A puro cuento.